Nervios presentación.Tensión antes de salir a escena. Miedo al micrófono.

“Tengo nervios ante una presentación”. Recibo muchas consultas sobre cómo evitar los nervios antes de salir a un escenario, cómo mantener la calma antes de una llamada importante, peticiones de técnicas para evitar el estrés antes de mantener una conversación relevante con un grupo o solicitudes de trucos para estar relajado en una presentación clave. Y la respuesta es “nunca mates los nervios”

Nunca mates los nervios…del todo

Mi contestación a estas dudas recurrentes sobre “evitar los nervios” es siempre la misma. “¿Por qué quieres eliminar aquello que te va hacer mejor?”. Esta respuesta suele levantar caras de asombro, sorpresa y reacciones incluso negativas.

Lo que no entienden quienes piden que se elimine totalmente el estrés, es que cuando hablan de esos nervios que temen, están pensando en un nivel de excitación tan elevado que lleva a efectos secundarios y perversos: sudación, palpitaciones, lagunas de memoria, pérdida de concentración, piernas flojas, temblores de manos, mareo, pérdida de conciencia o incluso la huida.

Y muchas de las personas a las que asesoro, mis alumnos en seminarios o talleres de oratoria o formación de portavoces, se sorprenden de que una de las primeras cosas que les enseño es “a ponerse nerviosos”. Sigue leyendo para tener la respuesta a esta aparente contradicción.

Los dos niveles de estrés malo

Lo que no saben aquellos que quieren “evitar el estrés de hablar en público” es que eso no es más que un efecto negativo de estar a más revoluciones de las que son adecuadas para un tema complejo. Y efectivamente, lo que describen como problemas de situaciones de tensión son en su mayoría los síntomas que describen las personas con glosofobia(Glosophobia), o lo que comúnmente llamamos “miedo a hablar en público”, “pánico escénico”, “espantá”…

Si estás en un grado 100 sobre 100 de nervios, por supuesto todo va a salir mal. De hecho lo más probable es que con ese nivel de tensión tú, o yo mismo, salgamos corriendo o nos desmayemos. Una huida como la del director de cine Michael Bay o el desmayo del nuevo presidente de BMW.

(Relacionado: La “Espantá” de Michael Bay (Transformers,Armageddon, …) y cómo evitar el pánico escénico )

Tampoco son conscientes quienes tienen este miedo, y de hecho lo he observado en muchos oradores habituales, que la práctica ha demostrado que el extremo contrario, “estar relajado” es igualmente negativo para tus intereses.

La relajación mata al orador

Son innumerables los casos de directivos, políticos, personalidades públicas que han fracasado precisamente por haber bajado la guardia. Por haber actuado con excesiva relajación. Por no haber mantenido el suficiente nivel de estrés ante una situación de relevancia pública.

Todos hemos vivido horrorosas intervenciones públicas con un orador soporífero o  que estaba “relajado”, que iba “de sobrado”. Sin estar con un nivel de interés adecuado.

Los que nos dedicamos a hablar en público sabemos que no leer las señales de alerta de un público (una audiencia que bosteza, que pone malas caras, que sencillamente no está emocionada) nos lleva a fracasos sonoros. En mi caso los mayores fallos han sido con presentaciones que conocía bien, en temas que dominaba, ante audiencias que creía conocer perfectamente, en ocasiones en las que “nada podía salir mal”. Y acabó estallándome en la cara. Nadie está a salvo de tener un mal día, pero desde luego igual que no nos debemos distraer en la carretera, en un estrado debemos estar en el nivel óptimo de control.

No dejes que la promesa de “estar tranquilo” te haga ser vago, dormir a la audiencia o dejarte a ti dormido ante lo importante.

El estrés bueno

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Hay un efecto poco conocido y que correlaciona nuestra capacidad intelectual con el nivel de estrés al que estamos sometidos. Y la conclusión más importante es que los nervios son una parte importante de nuestra mejor capacidad.

Este es el conocido como la Ley del estrés bueno, la Ley Yerkes-Dodsom que se resume en este sencillo gráfico de Harvard Business Review:

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Basta esta curva para darse cuenta de que un alto nivel de estrés tan malo como no tener nivel de tensión. Que nuestros resultados y capacidades más elevados se producen con un nivel intermedio de nerviosismo, de agitación positiva. Un estímulo que nos hace ser mejores en tareas complejas.

Lo curioso de esta ley es que no se aplica siempre. De hecho el efecto varía totalmente para tareas relevantes de otras tareas menor relevantes. Para tareas sencillas tener aún más nervios no afecta, ya que se alcanza un techo de capacidad.

La zona: el nivel perfecto de nervios

Existe un lugar perfecto. El Sangri-La de los líderes. El momento Zen de los oradores. Esa zona intermedia es un lugar en el que logramos realizar múltiples tareas, tomar decisiones rápidas y focalizar nuestro pensamiento en lo que deseamos. Esto es lo que muchos oradores, ejecutivos, conocemos como “estar en la zona”.

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Seguro que has vivido una de esas situaciones donde de repente tenías que responder a cuatro o cinco cosas a la vez y – pese a lo que pudiera parecer y por alguna cuestión “mágica”  – estabas lo bastante concentrado y alerta, como para lograr hacerlo todo simultáneamente, sin problemas, alerta, pero sin nervios.

Como me dijo una vez un becario de mi equipo – por cierto ahora director de comunicación de una gran empresa – que vivía esta situación por primera vez “no he tenido tiempo de estar nervioso”. En las películas se muestra muchas veces con el mundo a cámara rápida y el protagonista a un ritmo más relajado, pensando en lo importante. Eso es estar en la zona, un estado mental de adecuada excitación, alerta y con capacidad intelectual para actuar correctamente sobre temas complejos e importantes.

Y nada es tan complejo y requiere tantos elementos manejados con cautela y en poco espacio de tiempo como el hablar en público.

Cómo ponerte nervioso “a conciencia”

Hay diversa técnicas para lograr alcanzar un nivel de excitación, de nervios, suficiente para estar en la zona.

La que empleamos muchos oradores es realizar un cierto grado de ejercicio físico inmediatamente antes de entrar en escena. Ni mucho como para romper a sudar, ni poco como para entrar a dormir a la audiencia. Porque en el caso de oradores, el tono vital con el que demos nuestra charla será el que invada a la sala y a cada miembro de la audiencia. Solo un cierto estado de excitación del orador y del público llevará a ese momento mágico y perfecto de emoción, nerviosismo y resultados perfectos.

Tony Robbins es un famoso orador americano, que en los grandes eventos realiza esta rutina. No solo consigo mismo, sino con su público. Nada queda a la improvisación. De hecho esta técnica sorprende a una profesional de los medios como Oprah Winfrey.

Mira este vídeo y sobre todo a partir del minuto cinco podrás ver cómo su equipo pone en tono a la audiencia y cómo el mismo Tony Robbins realiza ejercicio en una máquina más propia de un gimnasio para “entrar en zona”:

En mi caso particular he observado que mis acompañantes se sorprenden a veces al verme dar unos cuantos saltos en un rincón antes de salir a un escenario, o sencillamente darme una vuelta al edificio antes de una reunión importante. En otras ocasiones les sorprende verme respirando relajadamente o buscando un lugar tranquilo durante unos minutos antes de entrar en acción. Sencillamente en cada ocasión, y en sintonía con cada audiencia, busco encontrar un nivel de tensión óptimo para mi presentación, mi público y mi propia situación. A veces he llegado demasiado nervioso a un evento y he tenido que relajar los nervios. Otras veces percibo que estoy demasiado relajado y, entonces, trato de aumentar mi nivel de estamina con un poco de ejercicio ligero.

Es mi forma de alimentar y dirigir los nervios. Para encontrar los nervios buenos, en el momento justo, que todo orador debe mantener vivos y siempre en control.

Ha llegado el momento de que seas tú el que se ponga nervioso…por tu bien.

Postdata: ¿Tienes una experiencia de haber estado en la zona? ¿Una situación en la que estuvieras demasiado tranquilo o excesivamente preocupado? ¿Tienes dudas? Espero tus comentarios más abajo


Esperamos que te haya gustado " Nervios presentación: Por qué deberías ponerte nervioso… es por tu bien ".
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